Feliz Año Nuevo!!

Este año lo estoy iniciando con un propósito nuevo: SER YO. Quizás suene un poco absurdo, porque yo debería ser yo (¿o no?) pero si lo piensas un poco, no es tan fácil ser tú en una sociedad llena de juicios y estereotipos. Y no hablo de una sociedad en particular, hablo de la condición humana en general. Todos tenemos estereotipos y todo es un juicio. Y me pregunto, ¿cómo sería mi vida si logro eliminar todos los juicios que tengo acerca de todo y de todos? 

Ser Yo, desde mi punto de vista, es enfrentarme a la sociedad sin disfraces, máscaras o cubiertas. Al desnudo, con mis expectativas, deseos, preferencias y elecciones disponibles para que todos las vean. Pero sin volverme rebelde, o buena, o cualquier extremo que se te pueda ocurrir. Es simplemente pedir por lo que quiero, hacerlo y lograrlo, sin aceptar un no como respuesta, pero también sin aferrarme a un resultado especifico, porque ahora comprendo que el universo tiene diferentes maneras de darme lo que quiero. 

Este blog lo inicie para compartir mis aventuras como migrante, y es justo lo que voy a seguir haciendo. Me encantaría recibir tu retroalimentación, tus preguntas y poder interactuar para tratar de proporcionar información útil, siempre de acuerdo con mi experiencia, pero igual si no tengo nada, seguiré escribiendo porque es lo que me hace feliz.  

Y bueno, te comparto que este año nuevo fue muy diferente. Me di cuenta que yo hacía demasiado significativo el estar a las 12 en punto, con mi familia, con los rituales, preparar las uvas y comer una uva por cada campanada. Después de todo, esa es la tradición en mi país. Desde que llegue a Canadá me había sentido “vacía”, como que el año nuevo no era lo mismo, a pesar de estar con mi familia, aquí no hay rituales, ni el más común que son las uvas, mucho menos gente corriendo con maletas, o barriendo, o aventando lentejas, o no sé cuántas locuras divertidas más. Tampoco veo calzones amarillos y rojos vendiéndose en cada esquina, y eso me había hecho sentir lejos de casa y sin tradiciones.  

Decidí desprenderme de eso y dejar de hacerlo significativo. Hace algunos meses decidimos que pasaríamos Año Nuevo en una cabaña, en medio del bosque, alejados de la civilización. Nuestros amigos Justine y Kevin que son maravillosos hicieron los arreglos e invitaron a Natasha y Trevor, una pareja que hasta antes del 27 de diciembre no conocíamos. Compramos uvas y Justine llevo Baileys. Para ambas hubo algo significativo, pero esta vez por elección y no por imposición. A las 12 no hubo campanadas, vimos en la tele la famosa bola que baja en Times Square. Compartimos nuestra tradición de comer 12 uvas y pedir un deseo por uva, pero no nos atragantamos. Las dos parejas canadienses comieron uvas con nosotros. Luego brindamos con Baileys para corresponder, porque esa es una tradición para ellos.  

Jugamos, dormimos, platicamos, disfrutamos. Tuvimos un par de situaciones: en la llegada había nevado tanto que nuestra camioneta y el carro de Tasha y Trev se quedaron atorados en la nieve. Tomó cerca de dos horas sacarlos de ahí y nuestro coche recibió una abolladura. Nos preocupamos y luego nos reímos del incidente. La mañana del check out, Kevin, quien tiene una camioneta grande y estuvo ayudando a remolcar/empujar los carros atorados no encontró su funda de celular / cartera con algunas tarjetas de crédito e identificaciones y salimos a buscarla a la nieve, lo interesante es que había venido la quitanieves a remover todo, así que era tarea casi imposible, pero la encontró en el último minuto!  

Fue un año nuevo super divertido, diferente, con unos paisajes maravillosos (ve las fotos que agrego), y estoy super agradecida por mis elecciones.  

Así nuestro año nuevo. Quizás iniciando nuevas tradiciones, quien sabe. Déjame tu comentario para saber qué opinas! 

1 Comment

  1. Hola amiga, no me imagino esta aventura, se necesita ser muy fuerte para poder dejarlo todo e iniciar de nuevo. Te admiro y te quiero mucho.

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