La aventura comienza

¡Hola de nuevo!

Pues así es como nuestra aventura comenzó. En esa expo conocimos a una empresa que se dedica a traer estudiantes a Canada. Como si nos leyera la mente, Rosalinda, con quien creamos una buena relación posteriormente, nos sugirió que el marido se fuera a estudiar. Eso me daría a mi una visa con permiso de trabajo, y a él una visa con permiso de estudiante y podría trabajar medio tiempo. A los niños les permitiría estudiar también. Como te podrás imaginar, nuestro mundo se puso de cabeza.

Antes de continuar, déjame ponerte un poco en contexto de lo que eran nuestras vidas en ese momento. El marido trabajaba en una empresa trasnacional de cosméticos como Project Manager. Su sueldo era bastante bueno y tenía prestaciones. Yo tenía un negocio propio que tenía en ese entonces unos 4 años de vida que, después de muchos esfuerzos,  finalmente empezaba a despegar y darnos ganancias. Mis hijos estaban en una escuela bilingüe que nos encantaba. Viendo el panorama de esa manera, pienso algo que he pensado muchas veces, ¿qué demonios nos hizo querer dejar todo atrás y empezar de cero? Bueno, ese “qué demonios” siempre termina en alguna respuesta que tiene que ver con buscar una mejor calidad de vida para mi familia. Pero, a pesar de nuestros deseos de irnos al extranjero, también nos llenamos de muchos miedos, preguntas y decisiones que tomar. No voy a decir que es facil, no lo es, pero cuando tienes muy claro tu objetivo y actuas desde el corazón, las cosas se van dando y logras tu cometido.

Ahora si, vino el inicio del proceso. Para empezar, se requería una suma fuerte de dinero. Pero ahora me doy cuenta que cuando elijes algo, el universo conspira para que lo tengas, y te puedo decir esto con los pelos de la burra en la mano, como se dice vulgarmente en México. En ese entonces, y debido al negocio, estábamos viviendo en un departamento de mi mamá. Nuestro departamento en otro lado de la ciudad, estaba rentándose, y nuestros inquilinos nos informaron que iban a desocuparlo antes de lo planeado por cuestiones laborales. Así que aprovechamos y decidimos venderlo. Se contrató a un corredor de bienes raíces y en menos de un mes ya estabamos cerrando el trato. Con el anticipo de la venta del departamento se hizo la inscripción en el College en Ottawa y se metieron los papeles para la visa del marido. El tiempo que transcurrio entre nuestra visita a la expo y la solicitud de visa fue de unos 4 meses. Su visa fue aprobada sin problema, pero no podíamos irnos todos juntos. Para poder estudiar un programa en el College de Canada, el nivel de inglés debe ser de grado académico y lo suficientemente bueno. El inglés del marido no alcanzaba, por lo que tuvo que venir 6 meses antes a estudiar un programa intensivo de inglés, que una vez que terminara, le darían la aceptación al College. Con la carta de aceptación al College se podían tramitar nuestras visas y permisos.

En menos de 9 meses desdes nuestra visita a la expo, el marido estaba en el aeropuerto un 1 de enero de 2015 listo para viajar y emprender la gran aventura familiar.

Espera mi próxima entrega pronto.

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