Mi experiencia con las despedidas

Ok, Tenía la intención de subir una entrada cada tercer día mas o menos. Esta semana me atoré porque mi idea original era narrar los hechos de forma cronológica. Después pensé que no tenía mucho sentido hacerlo así, sino más bien por temas. Y entre eso, las retroalimentaciones de mi familia mas cercana, el tratar de dar gusto a todos, me paralizó y dejé de escribir. A eso súmale que estoy en medio de la mudanza y no tuve internet en casa por varios días.

Algo que definitivamente quiero hacer, es ser totalmente honesta en mis escritos, así que heme aquí, con el dilema. Tus comentarios siempre son una magnífica retroalimentación, así que espero leer muchos que me digan qué esperan de mí y que les gustaría leer y cómo les gustaría que lo abordara.

Bien, dicho lo anterior, hoy quiero platicarte de una parte muy difícil que trajo la decisión de emigrar. En algún punto de esta decisión, tienes que separarte de las personas, cosas, situaciones, etc. Y una parte difícil de la separación, son las despedidas.

En nuestro caso, como ya había comentado anteriormente, el marido tenía que adelantarse para estudiar inglés y después podríamos obtener nuestros documentos para alcanzarlo. Su curso de inglés inició el 3 de enero de 2015. Como no teníamos ni idea de nada, literal, de nada, decidimos que viajaría el 1 de enero para “acomodarse” y medio aprender los procesos antes de entrar a la escuela. Ese 31 de diciembre, la despedida de un año viejo para todos, era el inicio de la separación de nuestra familia. Todo fue muy emotivo, estábamos contentos y tristes al mismo tiempo, sentimientos que ahora me cuesta trabajo explicar. Muy contentos porque ese viaje significaba el inicio de una vida nueva. Tristes porque estaríamos separados por un largo tiempo.

2015 es considerado por mi familia el año más difícil de nuestras vidas hasta ahora. Fue una montaña rusa de emociones. Fue también el año de las separaciones y despedidas. El avión salía muy temprano en la mañana, así que prácticamente de la fiesta de año nuevo fuimos a la casa por las maletas y fuimos al aeropuerto. Mis hijos, super distintos entre ellos. Mi hija decidió despedirse de su papá en casa y luego dormir su tristeza. Mi hijo en cambio, decidió acompañarnos al aeropuerto, donde esperamos a que documentara y luego fuimos a desayunar a algún restaurante. Sin ganas de comer, con un nudo en la garganta y el estómago hecho bolas, pasamos ahí los últimos minutos. No sabíamos qué decir, ni de qué hablar. Yo me sentía ansiosa, por un lado no quería que pasara el tiempo, y por otro quería que pasara rápido para ya poder pasar ese trago amargo. Es como cuando te quitas un curita (frase que acabo de escuchar hace poco por otra situación, pero aplica muy bien a este caso), si te lo quitas de un solo tirón y rápido, duele, pero pasa pronto, si te lo vas quitando poco a poco, lo único que consigues es prolongar la agonía. En fin, el inevitable paso del tiempo hizo su trabajo, y finalmente se fue a iniciar la aventura.

Nuestra vida de enero a junio fue relativamente “normal”. Los niños siguieron yendo a la escuela, yo seguí con mi negocio. Y, a pesar de lo difícil que era estar separados, se nos hacia mas o menos fácil porque de alguna manera nos habíamos programado que la separación duraría ese tiempo.

Así empezó nuestra larga lista de despedidas: De la escuela, del grupo Scout al que pertenecíamos, de los vecinos, de los amigos, del negocio (todavía recuerdo y se me hace un nudo en la garganta, mi apego era grande grande grande)

En el mes de abril adoptamos a Katniss, una perrita que había sido maltratada y rescatada por un veterinario, pero como sucede en la mayoría de estos casos, no tenia forma de darle hogar permanente, así que después de averiguar los requisitos para “exportarla” decidimos darle un hogar y nuestro amor.

Aquí voy a hacer un paréntesis. Traer un perro a Canadá en avión es mas difícil que conocer al mismísimo Justin Trudeau en persona y darle un beso (y vaya que me encantaría besar al primer ministro que es un muñeco jaja). Para poder poner al perro en el compartimiento de maletas, solo puede hacerse entre abril y junio, porque la cabina de equipaje de las aerolíneas que viajan hacia acá no tienen clima controlado. En los meses de verano los perritos morirían de calor y en los meses de invierno, de frío. La única opción para traerlos en el mismo avion que tu, es que viajen en la cabina contigo, por una módica cantidad, pero ademas con mil ochocientas restricciones y condiciones, entre ellas que el kennel (o transportadora) tenga las medidas para que quepa en la parte de abajo del asiento y que el perro pueda estar parado y girar libremente, o sea, ¡si no es un ratón no lo puedes llevar! jajaja. Por supuesto que hay otras opciones para transportar a tu mascota, pero estaban totalmente fuera de nuestro presupuesto en ese momento.

Debido a eso, voy a adelantar un poco la historia, y como ya te imaginarás, con todo el dolor de nuestro corazón, tuvimos que despedirnos de Katniss y dejarla al cuidado de mi amiga Raquel, cuya hermana y sobrino ahora la adoptaron y son muy felices. Mis hijos la extrañan todos los días, y en especial mi hija, a veces todavía llora por no tener a su perrita aquí, pero sabemos que, después de casi 3 años traerla seria peor tortura para todos, así que hemos aprendido a sobrellevar su ausencia.

Otras despedida que fue muy significativa para mi fue la de los Scouts. Para ese entonces yo era Jefa de una sección en el grupo Scout que era el clan. El clan esta conformado por chicas de entre 18 y 22 años de edad y el tiempo con ellas es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Reflexionando un poco en este tema, cuando decides despedirte de cualquier cosa, persona o situación, existe un miedo interno a ser reemplazado y en consecuencia olvidado que muy pocos reconocen. No se si sea una generalidad, pero ahora me doy cuenta que, en mi caso, eso pasa. Debido a esto, encontrar a alguien que te sustituya no es tarea sencilla, porque, hablando con honestidad, la persona debe ser lo suficientemente “buena” para continuar con tu labor, pero no taaaaaan “buena” para que nunca pueda sustituirte. Y, otra vez entre paréntesis, escribir esto (y hacerlo público) me costo mas trabajo del que te imaginas. Pues bueno, el tiempo de despedirme llegó y logré convencer a alguien que me sustituyera. Llegó el día de mi despedida y las chicas me organizaron un campamento para ese fin. Era un campamento de 4 días, pero no todas podían desafanarse de sus trabajos/escuelas todos los dias, así que me fui yo con la mitad del clan, y dos dias después nos alcanzaría la otra mitad junto con la persona que iba a sustituirme. Fue un campamento MARAVILLOSO, lleno de anécdotas divertidas y de mucha negación de mi parte. Creo que no llore para nada (o tal vez muy poco) porque me puse un caparazón para no sentir, aunque por dentro moría de tristeza. La anécdota que me gustaría compartir es la siguiente: El día que nos alcanzaría la mitad del grupo, estaba programado que llegaran alrededor de las 5pm. Nos dieron quizás las 9 y aun no sabíamos nada de ellas. Gracias a la tecnología empezamos a enviar mensajes de texto para saber donde estaban y por que tardaban tanto. Resulto que habían puesto la dirección del lugar en el GPS (según ellas) y las llevó a un lugar totalmente distinto. Finalmente mandamos nuestra ubicación (bendita tecnología otra vez) y se dirigieron al lugar. Sin embargo, es un lugar de acampado, o sea, en medio de la nada. Eran unas cascadas, y el lugar de acampado estaba en un cañón (hacia abajo).  Ya un poco desesperada por la hora y preocupada porque no llegaban se produjo la siguiente conversación vía WhatsApp:

Yo: que onda, cuanto les falta

A: Ya estamos a 10 minutos

10 minutos mas tarde…….

A: Lu, donde están?

Yo: No me he movido, en el mismo lugar desde hace dos horas

A: Ya llegamos a tu ubicación y ¡no te vemos!

Yo: No. Yo estoy en MI ubicación y ¡no las veo! jajajaja

Ellas tenían que bajar hasta el área de acampado para poder verme. Como seguramente tu sabes, los GPS no reconocen altura, solo la posición geográfica… al parecer ellas no lo sabían jaja.

Estas son las anécdotas que mas recuerdo respecto a despedidas, pero por supuesto tengo muchísimas mas. Por ahora lo dejare hasta

aquí.  Por favor sigue dándome tu retroalimentación. ¿Crees que el post es muy largo? o ¿muy corto? ¿Con mucho detalle o con muy poco?

Nos vemos la próxima!

error

Te gustó mi blog? Cuéntales a tus amigos :)