El viaje y los siguientes pasos

Si no has leído el post de “Como llegamos a Canada” te invito a que lo leas ahora. Esa es la primera parte de esta historia.

Una vez que nos entregaron nuestros pasaportes, con visas incluidas, estábamos listos para viajar. Los pasaportes solo tenían la visa, que es el documento que te autoriza entrar a Canadá. Cuando llegas, entonces emiten el permiso de trabajo/estudio que es el que te permite permanecer determinado tiempo y estudiar y/o trabajar. En nuestro caso, entramos a Canada por Toronto. En México, antes de abordar el avión me quitaron unos botes de chamoy que traia,  pero el miguelito en polvo y otras ricuras mexicanas pasaron bien. En el área de migración en Toronto, lo creas o no, mi mayor miedo era decir que traia comida. Ahora que lo pienso, es absurdo, traía chiles y dulces y comida envasada, todo eso está permitido pasarlo, pero aun así, tenía miedo de decir que la traia (no me fueran a regresar porque traje chiles jaja). Mi mamá y Silvio se fueron separados de nosotros en la fila y ellos entraron como turistas, así que de pronto nos perdieron la vista, porque a nosotros del área de migración “normal” nos pasaron a un área distinta, donde hay varios mostradores con agentes revisando las entradas. Ahí nos interrogaron sobre cuándo nos regresaríamos y por qué estábamos llegando y nos emitieron nuestros permisos, que en esa etapa estaban para Agosto de 2016 (fecha en la que el marido terminaba el programa que había elegido).

En este post me voy a enfocar en los trámites. Usaré otro para contarte toda la experiencia del cambio cultural y de vida que atravesamos.

Con nuestros permisos ya listos, entramos a Toronto y tomamos el avión que nos trajo a Ottawa.

Cuando el marido terminó el programa, es posible solicitar una extensión del permiso para estar aquí. Esa extensión te la dan por el tiempo que duró el programa, es decir, si estudiaste un año, te dan un año adicional para encontrar trabajo y entonces aspirar a una residencia permantente.

Aquí, debido a nuestra inexperiencia y por querer ahorrarnos el pago del agente migratorio, decidimos solictar nuestra extensión de permiso por nosotros mismos. Muchas personas te recomiendan que lo hagas tu solo, que no necesitas abogados ni agentes. Si me preguntas a mi, en mi experiencia, yo siempre te recomendaré que vayas con el que si sabe. Ya te estarás imaginando que las cosas no salieron muy bien que digamos. Aunque debo confesar que también, por alguna razón, en esta etapa corrimos con muchísima suerte.

Mi marido hizo la solicitud de extensión on line. Metimos todos los papeles que nos requirieron, al menos lo hicimos como nosotros lo entendimos. Y un mes después llega la respuesta. Al marido le aprobaron su extensión de permiso por tres años (WOW! gran noticia!). No por un año como era lo esperado, sino por tres. No hay explicación lógica para esto. A los niños los aprobaron por los mismos tres años. Pero a mi me la negaron. Yo tenía hasta noviembre para regresarme a México. En esta ocasión ni quise averiguar las razones, yo ya pensaba que tenía una maldición o algo. Obviamente decidí buscar a Cesar, quien creo que quiso matarme cuando se enteró que hicimos el trámite sin su ayuda y nos lo negaron, porque todo eso son “taches” en tu expediente. Afortunadamente Cesar y su equipo son buenísimos en su trabajo, y un par de meses mas tarde, después de cartas y formatos, y su respectivo pago (que me quise ahorrar en un inicio, y salió mas caro por la “apelación”), me autorizaron a quedarme por los mismos tres años que al resto de mi familia.

Ahora la carrera contra el reloj inició. Aunque parece que 3 años es tiempo suficiente, no siempre es facil. El siguiente paso era que el marido encontrara un trabajo de tiempo completo que estuviera en la lista de profesiones requeridas, además de tener el examen de inglés y los estudios revalidados y traducidos en Canada. Afortunadamente, el marido encontró el trabajo requerido y con la habilidad de Cesar para manejar las cosas, logramos obtener la nominación de Ontario para ser candidatos a residencia permanente.

Por ahora voy a omitir los siguientes pasos, porque seguimos en el proceso. Solo voy a decirte que, teniendo la nominación provincial, lo que sigue es solicitar la residencia permanente. Es un proceso largo, tedioso, de muchos formatos y mucho cuidado. Y también caro, no solo por las cuotas que el agente migratorio cobra por su trabajo, sino por lo que el gobierno cobra por llevar a cabo el trámite, dinero que, como cuando pides una visa, de ser negada la residencia, no lo ves de regreso.

En esa etapa estamos. Me guardaré mis comentarios a ese respecto hasta que tenga algo mas que comentar.

En mis siguientes posts te contaré mucho más de toda la experiencia. El cambio cultural, lo que hemos enfrentado, el costo de vida y cualquier cosa que quieras preguntar, estoy abierta a darle la información que requieres para tomar una decisión de vida tan importante.

Hasta la próxima!

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